El porqué del Miércoles de Ceniza
Traducido y adaptado del artículo del Rev. Dr. Charles Schulz, por el Rev. Pablo González.
Este miércoles 5 de marzo las denominaciones cristianas “tradicionales” celebrarán el Miércoles de Ceniza. Esta fiesta de la Iglesia viendo siendo importante en la civilización cristiana occidental desde la Edad Media, pero muchos hoy podrían preguntarse sobre su relevancia para nuestros días.
¿Qué es lo que se puede ver en Miércoles de Ceniza?
En este día, es posible que veas a algunos de sus vecinos y compañeros de trabajo caminando con una extraña cruz de ceniza marcada en la frente. Para algunos cristianos evangélicos formados en la teología reformada, se trata nada más de otro remanente antibíblico del catolicismo romano. Para la gente del mundo, simplemente puede parecerles una práctica decadente y desmotivadora que ilustra exactamente por qué no les interesa practicar ninguna religión. Pero, para los luteranos, junto con los católicos romanos, algunos metodistas y otras iglesias, el Miércoles de Ceniza ofrece un mensaje y un significado que es esencial para la práctica misma de la vida cristiana.
El origen de la práctica
El Miércoles de Ceniza surgió como consecuencia de la celebración anual de la Pascua. En el calendario cristiano, la Pascua es el día más sagrado de todos, un día de alegría que recuerda la victoria de Cristo sobre la tumba y el don de la vida eterna a todos los que creen en Él. En el pensamiento de la Iglesia, la mejor forma de celebrar apropiadamente un día tan sagrado es preparándose apropiadamente para él.
Esta idea de “preparación” proviene del Antiguo Testamento. Por ejemplo, cuando de los israelitas se abstenían de tener el pan leudado en sus hogares en los días cercanos a la Pascua (Éxodo 12) o cuando los israelitas se consagraban por tres días antes de recibir su pacto en el monte Sinaí (Éxodo 19:10-15). De aquí que los cristianos tomaron la idea de tener un tiempo para la preparación y consagración antes de celebrar la gran fiesta de la Pascua. Así, imitando el tiempo de ayuno de Cristo en el desierto, los cuarenta días de Cuaresma fueron acomodados en el calendario anual de la iglesia. De hecho, es una práctica tan antigua que podemos encontrar una referencia a esto en los cánones del concilio de Nicea en el año 325 d. C.
El Miércoles de Ceniza, el primer día de la Cuaresma, marca la entrada solemne a este tiempo de cristiana reflexión y arrepentimiento. Y puede significar una práctica realmente extraña para nuestra cultura, que presupone que nuestro propio florecimiento como seres humanos debe transitar por el camino de la autoaceptación, la autoestima positiva, la realización personal e incluso el orgullo de aceptarnos a nosotros mismos “tal como somos”. Completamente contracultural, el Miércoles de Ceniza da voz a la exhortación bíblica de alejarnos de nuestros pecados y humillarnos ante Dios (por ejemplo, Santiago 4:10: “Humíllate delante del Señor, y él te exaltará” ).
Desde la primera pregunta de Dios al Adán caído: “¿Dónde estás?”, hasta el clamor de los profetas contra la codicia, la autocomplacencia y la injusticia de las personas, hasta la propia condena de Jesús a la hipocresía, la Biblia nos advierte gravemente contra la presunción de que todo está bien con nosotros. La Palabra nos insta a escuchar el propio juicio de Dios sobre el pecado para que podamos alejarnos de ellos, recibir el perdón en el nombre de Cristo y aprender a andar más fielmente en sus caminos. Podemos encontrar en las Escrituras varios ejemplos de prácticas como éstas, como en los tiempos del profeta Joel, donde se proclamó ayuno y la congregación se reunió en arrepentimiento (Joel 1:14). Otro ejemplo más famoso es el de la gente de Nínive, que respondieron en arrepentimiento a la predicación de Jonás al untarse con cilicio y ceniza ¡incluso hasta el ganado! (Jonás 3:6-9).

Tan significativo como siempre
Para los cristianos de hoy, no es la confianza en nosotros mismos lo que nos mueve, sino que sigue siendo la misma confianza y fe en Cristo, la que desde tiempos antiguos nos da valor para humillarnos ante Dios, admitir nuestra indignidad y confesarle nuestros pecados con actos públicos de arrepentimiento. Así, como en lugar de tener autoestima tenemos una “Cristo-estima”, por la cual nos basamos en la seguridad del perdón que recibimos por gracia y en la certeza de que Dios nos acepta como hijos a causa del sacrificio de su Hijo en nuestro lugar. Sí, aun cuando declaramos que somos “pobres y miserables pecadores” o, en palabras de San Pablo, “yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien” (Ro 7:18), así también sabemos de la misericordia de nuestro Señor, quién consuela y exalta al que se humilla, como también humilla y desprecia al orgulloso (2Co 7:6: St 4:6). Y esta es la gran verdad que también cantamos en este día:
“A Dios mis ojos alzaré:
en mí sólo hay bajeza;
mas en su fiel Palabra hallé
consuelo y fortaleza”
(HL#628:3).
Una marca particular
Cuando recibimos la cruz de ceniza en nuestras frentes el Miércoles de Ceniza, escuchamos las terribles palabras: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás” (cf. Génesis 3:19). Si bien sabemos que esto no es ni el principio ni el fin de nuestra fe, termina siendo una marca apropiada para señalar nuestra propia disposición a escuchar la Palabra de juicio de Dios como algo dado para nuestro bien, y expresa, al mismo tiempo, nuestro propio deseo de que su gracia nos reclame nuevamente como suyos, nos limpie con sus misericordias y dirija nuestras vidas en sus caminos de amor y santidad, por el obrar de su Espíritu en la Palabra. Precisamente, porque la marca de ceniza toma la forma de la cruz, el Miércoles de Ceniza nos señala, a través de nuestro propio reconocimiento de nuestros pecados, a ver la seguridad que tenemos en la muerte de Cristo en nuestro lugar.
Para muchos cristianos, entonces, el Miércoles de Ceniza no es una píldora amarga que debemos tragar cada año. Más bien, es como el agradable y amargo sabor de un rico chocolate negro. Y claro, admitir honestamente nuestros propios errores en la vida ante Dios es amargo, pero la dulce gracia de Dios nos otorga deliciosa esperanza y placentero gozo al poner toda nuestra confianza en saber que Cristo está con nosotros y a nuestro favor.
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Archivo base para este artículo fue recuperado el 1 de marzo de 2025 de: michigandistrict.org/healthy-congregations/why-ash-wednesday/
Fotos de la celebración del miércoles de Ceniza año 2022 en la Congregación “La Cruz de Cristo”, La Florida, Chile. Iglesia Luterana Confesional de Chile.