Significado de la rosa o sello de Martín Lutero
La “rosa”, un distintivo de la teología luterana. Se compone de cinco elementos: la cruz negra, el corazón rojo, los cinco pétalos blancos, el fondo azul y el anillo dorado. Cada parte tiene su significado:
1. La cruz negra, al centro del emblema recuerda que en Jesús, Dios viene a nuestro encuentro sacrificando su vida y venciendo el poder de la muerte en nuestro favor. Para que todo aquel que cree en él, no muera sino tenga vida eterna (Juan 3.16). La cruz negra, envuelta por el corazón rojo, significa que Cristo es el centro de la vida de la comunidad y de la Iglesia. El es el mas importante. A partir de El todas las otras cosas y personas reciben su debido lugar y su valor.
2. El corazón nos hace recordar que es por la fe que somos justificados. El color rojo es símbolo del amor que se dona y reparte. Así como Cristo nos amó, también los suyos se aman unos a los otros. Así como Cristo sirve a los suyos, ellos se sirven unos a los otros, cada cual conforme al don que recibió (Gl. 6.2). Seguimos al crucificado, confiando que la cruz no trae muerte sino nos mantiene vivos.
3. Los cinco pétalos blancos señalan que por la fe, que actúa en favor de la justicia y de la paz, tenemos alegría, consuelo y paz de Dios para con nosotros mismos y para con los unos y otros. Eso es lo que el color blanco simboliza.
4. El color azul recuerda el cielo e inspira a la fidelidad a Dios. En Cristo el vino a salvarnos y a unirnos en comunidad. Cristo reina desde la Ascensión. A partir de Pentecostés el crea, envía y guía a su Iglesia y, yendo delante de ella, le abre el camino. Esa es la base de nuestra esperanza.
5. El anillo dorado recuerda el oro, metal mas preciado. Simboliza todo lo que Dios nos otorga por fe, en forma de señales: perdón, comunión, esperanza, sentido de vida, opción en el día a día. Apunta también a lo que nos será otorgado en la eternidad: alegría sin fin, satisfacción de todas las necesidades y deseos. Entonces veremos cara a cara, a aquel en quien hemos creído.
Ya que la rosa fue creada de manera bella y ordenada, también la iglesia está motivada a invertir creativamente en la confección de su plan misionero. Inspirada por el símbolo de la rosa de Lutero, la comunidad elaborará un planeamiento deductivo e participativo de la misión. Partiendo del centro, su forma en círculos se asemeja a anillos subsecuentes, como aquellos provocados en la superficie de un lago cuando se lanza una piedra.
La cruz de Cristo es el punto de partida de toda y cualquier misión de la Iglesia , y con la fuerza de la propia cruz, la misión se expande hasta los confines de la tierra.
En palabras de Lutero
Esta rosa fue diseñada por el propio Martín Lutero durante su permanencia en la fortaleza de Coburgo, mientras se desarrollaba la Dieta de Augsburgo (1530). Lutero escribió una detallada descripción e interpretación de este sello para que su amigo Lazarus Spengler le dibujara un boceto preliminar:
La primera cosa que muestra mi escudo es una cruz negra dentro de un corazón, para que me recuerde que la fe en Cristo crucificado nos salva. “Pues con el corazón el hombre cree para salud.”
Ahora bien, aunque la cruz es negra, mortificada y con intención de que cause dolor, no cambia, sin embargo, el color del corazón, no destruye la naturaleza, esto es, no mata, sino que se mantiene vivo.
“Porque el justo por la fe vivirá”, por la fe en el Salvador.
Pero este corazón aparece fijo sobre el centro de una rosa blanca, para mostrar que la fe produce alegría, consuelo y paz. La rosa es blanca, no roja, porque el blanco es el color ideal de todos los ángeles y espíritus.
Esta rosa, además, está fija sobre un fondo azul celeste para indicar que tal gozo de la fe en el espíritu es sólo señal y principio de gozo celestial por venir, como se tiene y anticipa por la esperanza, aunque no revelado aún. Y alrededor de ese fondo hay un anillo áureo, para indicar que tal bienaventuranza en el cielo no tiene fin. Y es más preciosa que todos los goces y tesoros, ya que el oro es el mejor y más precioso metal.
Cristo, nuestro amado Señor, (nos) dará gracia para la vida eterna.
Amén.
Martín Lutero
Esta carta de Lutero a Lazarus Spengler, datada de 8 de julio de 1530, aparece en diversas fuentes, como la Edición Weimar de las Obras de Lutero (Briefe Vol. 5:444f) o la edición inglesa de las obras de Lutero (Luther’s Works: American Edition, Vol. 49:356-359).