Creí; por tanto, hablé. (2Cor.4:13; Sal.116:10)
Como parte del programa de formación del Instituto Bíblico Luterano, se llevó a cabo en Constitución, el sábado 16 y domingo 17 de agosto, un curso sobre la Confesión de Augsburgo (1530). Desde Concepción asistimos 3 hermanos como observadores.
Nuestra misión en Concepción ha iniciado hace aproximadamente 2 meses y hemos sido acompañados pastoralmente por el Obispo, Rev. Omar Kinas de Talca y el Rev. Rafael Flores de Constitución. En esta ocasión, finalmente, pudimos conocer la Iglesia de nuestro reverendo Rafael. Asimismo, pudimos conocer a muchos pastores y hermanos de la Iglesia Luterana Confesional de Chile, quienes también anhelaban conocernos, asistiendo alrededor de 60 personas de las Iglesias de Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Constitución, Talca y Concepción. Entre estos también hubo muchos niños, que tuvieron su instancia de confraternizar, de aprender la Palabra y de pasear por la playa de Constitución.
El profesor que dirigió el curso fue el Reverendo Obed Coronado. Antes de estudiar la Confesión de Augsburgo, se trató el tema de la confesionalidad en general. ¿Qué significa que nuestra Iglesia sea confesional? La palabra bíblica que se usa para “confesar” puede referirse tanto a la confesión de pecados, como a la alabanza o a la confesión de fe. Nos estamos refiriendo aquí específicamente a la confesión de fe, que se centra en las palabras del apóstol Simón Pedro en Mateo 16:16: “Tú [Jesús] eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Esta confesión no proviene de sabiduría humana, sino que es revelada de lo alto. Confesamos al Dios Trino y a Jesús, completamente humano y completamente divino, a partir de lo que Él mismo nos revela en su Palabra, las Sagradas Escrituras. Y lo hacemos con nuestros Credo y Confesiones, que son exposiciones fieles de las Sagradas Escrituras. En esto consiste ser confesional: en tener la Escritura por Palabra de Dios y norma de todas las normas, adhiriendo a los Credos y Confesiones del Libro de Concordia como normas normadas por la Escritura, porque son fieles a la misma.
La Confesión de Augsburgo es la principal confesión del Libro de Concordia. Se pudo ver el contexto histórico en el que se presentó la misma al emperador Carlos V. Los príncipes alemanes estaban dispuestos a dar su vida por causa del Evangelio confesado en este documento. Recordemos que Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” (Mt. 10:32-33)
Se revisó la estructura general de los 28 artículos de la Confesión de Augsburgo y pudimos estudiar los primeros 8 artículos, conversando en grupos a partir de ciertas preguntas que ayudaban a entender el significado y la pertinencia de los artículos.
El curso fue cerrado con un Servicio Divino, oficiado por los reverendos Omar y Rafael, en el que se predicó conforme a nuestro leccionario, a partir de Lucas 16:1-13, en torno a la mayordomía y el dinero.
El próximo curso será el 6 y 7 de diciembre, sobre los Catecismos de Lutero. Será una gran oportunidad para compartir y aprender más sobre nuestra confesionalidad, para que la Palabra de Dios infunda en nosotros la fe y, creyendo, hablemos.
Patrick Bornhardt Daube
Concepción, agosto de 2025












