Saludo de Pascua de Resurrección

Amada Iglesia de Cristo.

En ocasiones tumultuosas estar en la
barca parece la muerte inminente pero la
muerte está fuera de la barca, fuera de
Cristo y fuera de la iglesia.
La muerte siempre acechó a la iglesia
desde aquél primer martirio de Abel hasta
la muerte de nuestro Señor Jesucristo. A su
resurrección le sigue nuestra resurrección y de todos los que han muerto en la fe.

Desde la anterior Pascua, muchas cosas han pasado, algunos hemos perdido
personas muy amadas, otros hemos perdido oportunidades, trabajo, amor, fuerzas,
salud o esperanza. Como dijeron a Él sus discípulos Maestro ¿No tienes cuidado que
perecemos?

Y lo cierto es que si pereceremos nada hay mejor que hacerlo con Cristo.
Celebramos en esta Pascua de resurrección
ser la Iglesia de Cristo a la que Él le entrega vida eterna,
ser la iglesia amada por Él, perdonada y rescatada de perecer.
Consideramos ser la iglesia de Cristo, no por jactancia o soberbia sino por
creer en las palabras de perdón vida y salvación que aseguran que Él nos ama.
Consideremos así las perdidas temporales y significativas a la luz de los tesoros
eternos.

Destacable es la tarea de vuestros pastores y siervos de la Palabra, los cuáles
han desarrollado una labor sacrificada y sin igual para el que no estábamos
preparados exponiendo y dando lo que tenían en beneficio de su Iglesia,
desinteresadamente y para la salvación de todos.

Les encomiendo que puedan escuchar de sus pastores la palabra que proclaman y obedecerla en cuanto es del Señor (Hebreos 13.17). Les animo a que en la medida que las regulaciones gubernamentales lo permitan, se acerquen al
sacramento del altar, sin temor, que la muerte está fuera de la copa y no dentro.

Así también, celebramos el amor cristiano que se ha manifestado en nuestras
comunidades a raíz de la entrega generosa que muchos de ustedes han hecho. Les
animo a seguir en esta senda al Señor. Nada nieguen a Cristo y a sus hermanos,
nada dejen para ustedes más bien todo denlo para el Señor, sea la vida, sea el
esfuerzo, el tiempo, sus bienes, dones o talentos para que la obra de Cristo sea
adornada y glorificada en amor a través de ustedes por medio de su servicio al
prójimo.

Suyo en Cristo.
Rev. Juan Pablo Lanterna.
Matando el vivifica

Valparaiso, abril de 2021. Iglesia Luterana Confesional de Chile.

Similar Posts