María en el arte luterano

Los luteranos son bastante quisquillosos con su teología, y necesariamente debe ser así. Como laico, puede que no esté tan bien preparado como mi pastor en los puntos más sutiles de nuestras diferencias teológicas con el catolicismo romano, pero cuando se trata de obras de arte, puedo detectar las diferencias a más de un kilómetro de distancia.

Las representaciones de María, la madre de nuestro Señor, a menudo provocan gran consternación entre los luteranos. Parte de la razón por la cual representaciones ponen de manifiesto fuertes diferencias de opinión entre los luteranos, se debe a la confusión visual de la figura de María con otras cosas, sobre todo la iglesia, y el desorden artístico resultante es sintomático de esa confusión. ¿Cómo desenredamos este nudo visual?

Los luteranos tienen en alta estima a María, la madre de nuestro Señor Jesucristo, porque ella es, después de todo, “bendita … entre las mujeres” (Lucas 1:42). Sin embargo, los luteranos difieren entre ellos en cuanto a la estima que se le debe. A diferencia de algunas partes de la cristiandad, los luteranos generalmente no ubican a María entre la “chusma común”. Antes bien, los luteranos confiesan, junto con la iglesia histórica, que ella es la “madre de Dios”, y por eso los luteranos la representan en varias obras a lo largo de la vida de Jesucristo.

El catolicismo romano, sin embargo, tiende a elogiar demasiado a María, y esto se nota en su arte. Por ejemplo, no pueden mostrarla sin un halo. Los halos en sí mismos no están mal; expresan la gloria del Señor tal como se refleja en Sus santos seguidores, incluida María. Sin embargo, más a menudo, el arte católico romano representa a María con una corona ornamentada en lugar de un halo (figura a la izquierda[1]). Esta descripción va más allá de la Palabra de las Escrituras y atribuye a María un honor que la Palabra de Dios no. Es especialmente evidente en las representaciones de la Virgen y el niño Jesús, cuando su corona es más grande y da la impresión de que sobrepasa en rango al Niño Jesús. Incluso cuando se representa a María sola en el arte católico romano, lo más probable es que luzca una corona elaborada. Pero no es la única mujer coronada en el arte cristiano.

“La mujer coronada” es un concepto visualmente distinto que se usaba a menudo en la iglesia medieval. Estos artistas entendieron que la Mujer Coronada era una representación madura de la iglesia. La mujer coronada a menudo se muestra sosteniendo un bastón, cáliz o pergamino. Las versiones esculpidas de la Mujer coronada se encuentran en muchas catedrales europeas, pero lo que distingue a estas imágenes de las representaciones de María es la presencia de una contraparte esculpida cercana: “La Sinagoga”. La sinagoga está representada como una mujer con los ojos vendados sosteniendo un bastón roto y a punto de tropezar o caerse. Esta contraparte judía no es una muestra de antisemitismo, sino más bien una figura que representa la negación del Mesías entre aquellos que cambiaron la anticipación del Cristo por la adhesión a la tradición vacía.

Otras representaciones artísticas de mujeres coronadas o con aureolas también existen en el arte de la iglesia. El punto es este: es importante observar detenidamente las imágenes de mujeres coronadas representadas en iglesias y obras de arte cristianas. El contexto es la clave.

Si bien los luteranos le debemos respeto a la madre de nuestro Señor, no la elevamos de tal manera que reciba el honor que le pertenece a su Hijo y nuestro Salvador. Honramos y respetamos a María por quien es, la madre de nuestro Señor. Le damos honor y respeto porque apunta más allá de sí misma a su Hijo mayor. Nuestras representaciones artísticas de ella deben reflejar esta comprensión.

Artículo de la Revista “The Lutheran Witness”, August 16, 2021. Trad. por el Rev. Pablo González. Link: https://witness.lcms.org/2021/mary-and-the-crowned-woman/

Sobre el autor: Edward Riojas es un artista luterano que crea pinturas, esculturas, ilustraciones y similares para capillas, instituciones y colecciones privadas luteranas. Es miembro de la Iglesia Luterana “Our Savior” en Grand Rapids, Michigan. Web Site: https://edriojasartist.com/

Anexo

Un claro ejemplo de esto es la obra de Lucas Cranach, titulada: “La Virgen con la Uva”[3]. Aquí vemos, claramente, cómo a pesar de que Jesús es niño y ella mujer adulta, Él es quién alimenta a ella. Así, María es figura de la iglesia de Cristo, la cual es alimentada por su Señor mediante elementos humildes, como el pan y el vino del sacramento del altar, por medio del cual ésta recibe el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Su Señor.

Rev. Pablo González. La Florida, ILC Chile. Agosto MMXXI.

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